Del círculo básico, el odio es sin duda una de las más grandes murallas que existen, contrario a lo que muchos creen, vencerlo no es tarea fácil, ya que “su contrario” en éste caso el amor, no es la solución de dicho problema; A pesar de que apenas hace poco medité la situación, parte de la filosofía de ésto había sido creada en mi desde hace tiempo, es una de las herramientas más sencillas (pero difíciles de usar) que hoy con ustedes quiero compartir; dicha herramienta nos ayuda sobre todo, con el odio exterior (que es el que se produce por otras personas) pero que más que exterior, es parte del odio interior y personal. Para empezar a mostrárselas me gustaría leer un pequeño fracmento del cual hice uso hace mucho tiempo ya, pero que sin duda sirvió demasiado en la aplicación de algunos.
“Hay algo que me cuesta y no entiendo
Te miro y encuentro la nostalgia de alguien similar
No puedo dejarte pasar desapercibido
Hay algo en ti que de mi mente no puedo sacar
Me frustra que suceda de ésta forma
Que no pueda asimilar eso que hay en ti
Y es que si lo pienso detenidamente
tal vez me molesta que te parezcas tanto a mi.”
Así como el nombre de éste texto lo dice, “como dos gotas de agua” una de los principales problemas con aquello que odiamos, o peor aún, con aquello que de otras personas odiamos, comunmente es llamado espejo, actitudes, formas de pensar o interacciones por igual. Sidharta, mejor conocido como Buda dijo: “Lo que te molesta de otros entes, no es más que una proyección de lo que no has podido arreglar contigo mismo”. De manera que de ahora en adelante, tal vez sea un poco más difícil, que odiemos o no nos guste algo de alguien más.
Wolframio