martes, 21 de febrero de 2017

Realismo Mágico

Antes de introducirnos de lleno al tema, me gustaría compartirles una experiencia en particular, la cual, detonó mi fascinación por este tema. En la FIL de Guadalajara en el año 2015 (cuyo país invitado fue el Reino Unido) se realizó una presentación titulada “Has the torch of magical realism been passed across the Atlantic?” (¿Ha pasado la antorcha del realismo mágico a través del Atlántico?) esa conferencia hizo que prácticamente fuera corriendo a leer la máxima obra de esta corriente literaria “100 años de soledad” y posteriormente “Pedro Páramo”.

Para dar contexto histórico cabe mencionar que el venezolano Arturo Uslar Pietri utilizó el termino realismo mágico para describir la obra de ciertos autores de origen latinoamericano. Desde entonces, se considera que el realismo mágico es un género literario, de amplio alcance artístico que tuvo su auge a mitad del siglo XX.

No se puede hablar de literatura latinoamericana sin nombrar al realismo mágico, porque desde el Boom Latinoamericano, hasta nuestros días, ella se ha nutrido de elementos pertenecientes a la fantasía.
Sin embargo es necesario aclarar que no es lo mismo hablar de fantasía que de realismo mágico, porque para que una obra pueda ser contenida en este último no debe ser exclusivamente fantástica, sino contener elementos de fantasía en una historia realista, donde dichos elementos sean tomados como naturales por los personajes.

Entre otras características se encuentran:
  • Tendencia a fundir lo real con lo fantástico.
  • En sus obras existen elementos mágicos que los personajes consideran normales.
  • Los elementos mágicos se pueden intuir pero no se explican.
  • Contiene múltiples narradores que pueden estar en primera, segunda y tercera persona.
  • El tiempo se puede distorsionar y se percibe como cíclico y no lineal.
  • Se transforma lo cotidiano en experiencias que pueden ser sobrenaturales.
  • Los personajes pueden revivir; los escenarios son en su mayoría americanos.
Los libros más representativos de este género se encuentran:

Cien Años de Soledad, Gabriel García Marquez.

Como agua para Chocolate, Laura Esquivel.

Pedro Páramo, Juan Rulfo.

Aura, Carlos Fuentes. Entre otros.

No se trata de "presentar la magia como que fuera real" sino de presentar "la realidad como si fuera mágica”. El realismo mágico invita al lector a menospreciar lo real y apreciar lo milagroso.


ALRE