Apenas empezaba el año y un hombre quería comenzarlo visitando Italia, se encuentra a orillas del mar, observando con determinación y admiración el país, tratando de captar todo, para de esa forma no olvidar lo hermosa que es Italia. Su viaje transcurría de las bellísimas, cinco tierras, conformadas por Manarola, Riomaggiore, Corniglia, Vernazza y Monterosso al Mare. Se cautivó por la vista que podía obtener con solo abrir los ojos, envuelto en la absoluta oscuridad; su única compañera, la luna, solo necesitaba de ella para poder tener el mejor viaje de su vida, hacía que las olas le llegaran a las puntas de los pies, que se iluminara su camino, como si ella fuera quien lo guiara, podía admirar como su luz tan transcendental podía partir a la mitad el mar, con el simple hecho de su presencia.
De repente la luna marca un camino en las calles de este bello territorio, el hombre ve como un poco del brillante diamante que se encuentra en el cielo aclara el camino hacia Venecia, para que este hombre se pueda seguir empapando de la “bella Italia”.
Toda la noche estuvo recorriendo las calles de Italia, admirando los detalles que tenía aquel templo llamado: Santa Maria della Salute Venice, que se encontraba cruzando la calle. “Lo quisiera describir, pero es imposible, no hay palabras que logren alcanzar tal belleza que se encuentra en ese simple muro”, se dijo a sí mismo. Admirando los cruces de las calles de Venecia, la ciudad inundada.
Sentado en la banqueta se encontraba, un breve descanso de su largo camino merecía, y de la nada una donna se le acerca y con él comienza una charla, el hombre le contesta amablemente y un poco desconcertado le es, pues en su país no es muy común que se le hable de esa forma a un extraño, como si fuese su amigo de toda la vida. Ahí se dio cuenta de que en Italia eso es común, entablar conversaciones con extraños, se quedó pensándolo un momento, el mundo se pausó completamente, “si todos nos tratáramos como amigos de toda la vida, ¿Cómo serían nuestros días?”
Cuando cayó la noche para hacer desaparecer el día, el hombre pudo notar como a lo lejos en un callejón oscuro se escuchaba música, la luna comenzaba a tener compañía de los radiantes chispazos de fuego, y de la nada ve a un grupo de personas vestidas de una manera muy particular, con colores brillantes, llamativos, y lo que más lo sorprendió fueron las máscaras que tenían puestas, hacían irreconocible los rostros que se ocultaban detrás.
“Il carnevale di Venezia”, leyó. Le pareció interesante como este cartel colgado estaba, un escenario lleno de actores siendo otras personas, pero al mismo tiempo siendo las mismas, debajo del cartel se encontraban, jugando como niños con el arte del malabarismo, otras personas se hallaban, joyas radiantes, pero comibles alrededor se observaban, gente disfrutando de todo tipo de diversión, admirando a las personas con tres máscaras.
Un hilo rojo él pudo observar, esta fiesta aún está vinculada a la más conocida “la Serenissima”, un hilo rojo que corre a lo largo de la antigua y notoria Ruta de la Seda.
Pudo captar como un poema se escuchaba en las bocas de las personas.
Carlo Goldoni: per questo amato Carnevale, rappresenta lo spirito della festa:
"Qui la moglie e là il marito"
Tutti vanno dove è alla pari
Tutti corrono per un invito,
A chi giocare a chi ballare ".
Carlo Goldoni: para este querido Carnaval, representa el espíritu de la fiesta:
"Aquí la esposa y allí el marido"
Todos van donde él está a la par
Todos corren a alguna invitación,
a quién jugar a quién bailar ".
Mientras caminaba para llegar a su viaje de vuelta a casa observó por una ventana como una bella familia se reunía para charlar, compartir cosas importantes y no importantes, convivir a la antigua…
Lilith
Un gusto leer siempre sus trabajos y ver que están constantemente presentando nuevos trabajos de muy buena calidad. Enhorabuena para vuestra logia y un saludo fraternal para todos.
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