domingo, 20 de octubre de 2019

Las Tradiciones Nos Forman Y Nos Unen

Existen recuerdos de nuestro pasado. Un pasado no vivido por nosotros. Fantasmas de ideas que siguen vivas gracias a los héroes de la cultura.

Las tradiciones han prevalecido por siglos, incluso milenios, en todas las regiones del mundo. Son como cicatrices de sentimientos que, ignorando si son negativos o positivos, no queremos que se olviden.  Éstas son un pegamento que unen comunidades con fuerza del sentimiento de pertenencia. Son tan fuertes que son parte importante de nuestra personalidad como tal, y no tanto las tradiciones que tenga tu lugar de origen o donde habitas sino las que practicas. Se vuelven una base en la que se pueden sostener tus valores y creencias. A partir de ésta, y otros detalles que nos conforman, moldeamos nuestra personalidad.

Fuera de el poder que éstas tienen en nosotros también debemos considerar la importancia de conocerlas a fondo, y me refiero a sus simbolismos ya que todas las tradiciones están llenas de éstos. Y es que una tradición practicada sin saber por qué se hace es solo un hábito, y la gran diferencia entre estos dos es el sentimiento que carga uno por el significado que tiene. Sus simbolismos son parte esencial de estas y quitan ese hueco que tiene un hábito que puedes no saber por qué lo haces.  No matemos a los cuerpos preservados de nuestros antepasados ignorando partes esenciales de ellos. Entendamos su totalidad y practiquémoslas con fervor altivo de orgullo y sentimiento.

sábado, 12 de octubre de 2019

Nostalgia Que Inspira Cambios: La importancia de establecer tradiciones familiares

Recuerdo hace tiempo, antes de regresar a México y cuando aún vivía en Canadá, mi familia tenía dos tradiciones navideñas principales: la primera tomaba lugar en el viaje que hacíamos de Vancouver a Kaleden, donde pasábamos las vacaciones de invierno en casa de mis primos cada año, el cual tomaba 4 horas de viaje en coche (8 en autobús porque los autobuses son ineficientes sin importar en que parte del mundo te encuentres). Aproximadamente al faltar 1 hora y media de trayecto existe un restaurante de hamburguesas A&W al lado de la carretera junto a una gasolinera, y siempre nos deteníamos ahí para descansar, comer y resguardarnos del frío; yo también aprovechaba para disfrutar una de sus famosas cervezas de raíz. La segunda tradición tomaba lugar un par de semanas más adelante, en la víspera de Navidad —también conocida como Nochebuena; un detalle a resaltar es que la famosa cena de Navidad, con pavo y puré de papas, allá toma lugar la noche del 25 de diciembre, por lo que, en tradición mexicana, nosotros hacíamos una cena adicional la noche anterior, repleta de comida típica: tamales, atole, tacos con tortillas hechas a mano de Harina Maseca importada, etc. Estos dos días de atascarse de comida tanto mexicana como anglosajona se convirtió en un ritual anual para nosotros. Y de alguna manera, al ser el único niño mexicano por cientos de kilómetros a la redonda, era algo realmente único.

Estoy seguro de que todos ustedes tienen historias de tradiciones familiares como las mías.

Las tradiciones y los rituales forman uno de los 3 pilares de una cultura familiar (los otros siendo valores y normas). Usualmente no pensamos en las familias como algo que tiene una cultura, pero no solo los países y ciudades las tienen. Si lo consideramos, una familia es una comunidad tal como lo es cualquier pueblo, solo que un poco más pequeña. Pero estoy divagando.


¿Qué es una tradición?


Las tradiciones son comportamientos y acciones en los que involucras una y otra vez—rituales habituales que realizas en un mismo momento o en la misma manera. Las tradiciones pueden ser grandes o pequeñas, pero difieren de las rutinas y los hábitos en que son ejecutadas con un propósito especifico en mente y requieren de pensamiento e intención. Las tradiciones, hechas correctamente, le prestan cierta magia, espíritu y textura a nuestras vidas cotidianas.

viernes, 4 de octubre de 2019

Los ojos del corazón

Dorsoduro, Venecia.
09 de noviembre de 1919.

Hola, muy buena noche tengan todas las hormigas del hermoso y preciado Dorsoduro; escribo esta carta para ustedes que no entienden mi enloquecer de vida e intentan devolverme los tornillos que, yo misma, he deschavetado a lo largo del sendero que me ha impuesto el destino. Ustedes ven como mis palabras, mis pensamientos y mis emociones saltan disparadas del universo que llevo dentro, ven como mis ideas iluminan de colores las calles silenciosas, creando un ruido imposible de ignorar, puesto que invade los cielos oscuros, volviéndolos un caluroso cielo verde acqua, reflejando el agua de los canales de nuestra bella Italia.

        El reflejo de la luna es la luz que me alumbra para escribirles este fantástico texto, es la que me acompaña en mis desveladas de preguntas existenciales, y la que ahora, con destellos, ahuyenta a mis demonios de noche, mientras el agua de los canales es mi música.

        He inyectado a las calles con mi voz: ”Prodigio! Le mie mani sbocciano. Rose, rose, rose alle mie dita crescono”. “¡Prodigio! Mis manos florecen. Rosas, rosas, rosas de mis dedos crecen”. Siento pistolas apuntando a mí, veo como le susurran a los micrófonos, “Non vedi che è pazza? Trasforma la sua casa. ¡Dice che le rose sono nate nelle sue mani e li sveglia come farfalle!”

“¿No veis que está loca? Tornadla a su casa. ¡Dice que en sus manos le han nacido rosas y las va agitando como mariposas!”.

        No entiendo por qué no gritar cuando uno se enamora, no entiendo por qué no crear mares cuando uno se entristece, no entiendo por qué no destrozar paredes y murales por coraje; hay que seguir una regla de oro que alguno de mis amantes me dijo alguna vez:
“è meglio pensare allo stesso livello, ma sentirsi di più”, “es mejor pensar al mismo nivel, pero sintiendo más”. Así que, SI que me digan loca, que en celda me encierren, que con siete llaves la puerta me cierren, que junto a la puerta pongan un lebrel, carcelero rudo, carcelero fiel. He abierto los ojos de mi corazón, los cuales ya no quieren volver a dormir, ya han probado el manjar de lo que es sentir, de lo que es enamorarse, de lo que es una nostalgia apuñalante, de lo que son un sinfín de cosas que sólo él puede describir y que jamás querrá volver a perder en las aguas oscuras que huyen corriendo por el río.