domingo, 12 de febrero de 2017

¿Qué hace a una obra un "clásico"?

Hoy en día una de las maneras en que describimos al arte (en todas sus formas) y a la genialidad de su calidad e impacto es asignándole el término “clásico”. ¿Pero qué significa esto realmente? ¿Cómo puede algo tan subjetivo como la interpretación de una obra ser fácilmente clasificada? ¿Realmente existen los clásicos?

Yo suelo trabajar asumiendo que cuando las personas hablan sobre que algo es literatura, arte, o música “clásica”, le están atribuyendo a ese trabajo una de las siguientes características:
  1. La obra en cuestión ha perdurado, o parece que perdurará, la época y el contexto cultural de su composición. Cosas que literalmente todos leyeron el año pasado puede que sean o no buenas, pero cosas que la gente aún sigue leyendo después de cien años probablemente han mantenido a sus lectores por una buena razón.
  2. La obra toma algo universal como su tema, y maneja materias que son de interés a las personas de todos los tiempos y lugares.
  3. La obra tuvo influencia en obras posteriores y fue innovador de alguna manera. Esto puede ser desde ser el primero de un género, el primero en usar una técnica narrativa o estilo, o representar un ejemplo muy temprano de una tendencia que eventualmente se convirtió en algo importante.

De hecho, el escritor italiano Italo Calvino llegó a escribir un ensayo sobre este mismo tema, del cual humildemente me gustaría extraer una línea:

“Un clásico es un libro que nunca ha terminado de decir lo que tiene que decir.”

O sea que un clásico es el tipo de libro que se enriquece entre más lo vivas y experimentes, y que merece una releída.


Gene Wolfe definió buena literatura como aquella que puede ser leída por un lector educado y releída con placer creciente.

La palabra clave aquí es creciente. Algunas historias sólo son buenas para quizás un vuelo o viaje. Otras historias son tan buenas que las volverás a leer y será tan buena experiencia como la primera vez. Pero una verdadera pieza literaria es de hecho mejor la segunda o tercera o cuarta vez que la lees.
Uno de los elementos claves (a los cuales Wolfe se adhiere) es la calidad del nivel macro (temas, historia) y el nivel micro (oraciones bien estructuradas, por ejemplo). La más grande literatura usa ambos.

Personalmente pienso que la “gran literatura es transformativa. Es capaz de realmente cambiar cómo piensas sobre su género, o el mundo, o sobre la literatura en general. Shakespeare hizo esto, cuando él básicamente redefinió al drama inglés desde que lo escribió hasta ahora. Tolkien hizo lo mismo cuando redefinió el género de fantasía. Claro, esos son ejemplos extremos para ilustrar mi punto.
Yo considero como literatura prácticamente todo lo que es escrito, y un “clásico” debe de ser capaz de perdurar a través de los años. Pero aún así podemos y tenemos gran literatura en nuestro tiempo.

AGC

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Este blog AJEF da la bienvenida a cualquier tipo de pregunta, crítica o debate sobre sus publicaciones. Recuerda mantener un lenguaje profesional.