martes, 31 de julio de 2018

Redes Sociales

Actualmente el uso de las redes sociales es indispensable tanto para la comunicación social cotidiana como también en el ámbito profesional y laboral.
La era 2.0 llegó, en ella predomina la interacción por medio de artefactos tecnológicos, que a pesar de poseer la ventaja de proveer una comunicación instantánea, amplían el círculo cercano y aproxima a personas que crean vínculos y relaciones cibernéticas que se encausan en el camino de la despersonalización, provocando el refugio en una realidad paralela, escapando del mundo real.
Estas relaciones pueden ser peligrosas en algunos casos, ya que no es posible tener la completa seguridad de quién está escribiendo realmente al otro lado de la pantalla y a quiénes se confían datos importantes que luego pueden ser usados para fines maliciosos.
Las redes sociales como Facebook, Twitter e Instagram tienen acceso directo a la locación de los usuarios, información personal importante tanto básica como específica, y son una ventana abierta acerca de sus vidas, de cómo se ven físicamente y de las personas con las que se relacionan con frecuencia, por eso hay que manejarlas con extremo cuidado y a conciencia.
El mundo actual impulsa a las personas al uso de la tecnología, y si una desistiera de usarla, quedaría aislada de muchos acontecimientos sociales, tanto de las noticias internacionales y nacionales que generan interés común en el panorama cotidiano, como de noticias acerca de las personas más cercanas. Esto se convierte en una paradoja ya que al ser esclavos de las redes sociales los usuarios se sumergen en una realidad ficticia, paralela a la real.
Muchas veces, debido a las largas distancias, las incesantes horas de trabajo y el cansancio al final del día, el individuo se olvida de darle la atención necesaria a las personas que lo rodean o que forman parte de su círculo social. Hace falta el contacto humano y  cara a cara, las charlas en persona, los encuentros espontáneos, las idas a tomar café con los amigos o las visitas familiares a la hora de la merienda.
Se pasa más tiempo pendiente del mundo virtual y de los contactos de la Web, que invirtiendo tiempo valioso en relaciones de calidad con las personas queridas y que aprecian por lo que se es en realidad.
Se puede decir que las redes sociales contradictoriamente han alejado a las personas de la verdadera vida social, creando un mundo ficticio en el que algunos se sienten más a gusto y por medio del cual algunos individuos buscan cubrir sus inseguridades. Esto fomenta a que muchas personas se refugien detrás del teclado, sean tímidas y retraídas en el día a día, convirtiéndose así en parásitos cibernéticos que marchan por la vida con el único fin de ser conocidos en su universo que en realidad no existe.
Las razones para que esto suceda varían según la persona que los crea y existe un abanico interminable de posibilidades. Existen los que buscan crearse cuentas ficticias para vigilar a su pareja y entablar conversaciones con ellas para demostrar que les son fieles o todo lo contrario. Otros buscan crear una nueva personalidad para agregar como amigos a personas que no forman parte de su círculo social pero a los que les encantaría conocer y no se atreven, por falta de autoestima y seguridad.
Hay ejemplos en los que el uso de las redes sociales se torna peligroso, tal y como es el caso de los secuestradores que seducen a sus víctimas o se hacen amigos de ellas y consiguen información de contacto valiosa para poder realizar su tarea de forma más efectiva y rápida.
Pero los secuestradores no son las únicas personas que utilizan este mecanismo de encubrimiento. Los pedófilos y todo tipo de delincuentes sexuales se disfrazan de otras personas en las redes sociales para dar con niños, adolescentes y posibles víctimas potenciales consideradas más accesibles y fáciles de engañar.

El mundo de las redes sociales y la Web 2.0 es infinito, con una variedad muy amplia y variada de usuarios que utilizan las redes con fines diferentes, pero todos con el objetivo de comunicar.
No obstante, se debe evitar exponer demasiada información personal como la dirección del domicilio, la ruta cotidiana del usuario, entre otros, para prevenir y evadir posibles malos usos de dicha información.
Se recomienda de igual manera, no encerrarse en el mundo de las redes sociales y tener una vida social activa con las personas del círculo cercano, no perdiendo la comunicación con estas, ya que el sujeto necesita de la presencia de otras personas en su vida para ser seres humanos completos e íntegros.
Fille

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