lunes, 30 de noviembre de 2020

El Enorme Árbol

Te diviertes al ir tras unos pequeños destellos a lo lejos del bosque. ¡Pam! Caes al suelo. Te levantas con lagrimas en los ojos y observas un árbol, enorme. 


- ¡Elia! ¿Dónde estás?.

La noche se fundió contigo.

- Deja de salir así Eliana. Ten más cuidado. Entiende que es peligroso estar sola allá afuera.

Al amanecer observas que aquel árbol oculta en las penumbras del bosque ésta más cerca de tu ventana, pero ahora tienes la sensación de que observa. Tu madre te levanta para el desayuno y te olvidas del árbol. Al atardecer sales a jugar a lanzar baras con Gio.

- ¡Alto Gio!

Tu corazón se acelera, no dudas ni un segundo y corres tras él, astillas se te clavan en las manos por chocar con los troncos hasta que llegas ahí, a los pies del enorme árbol, pero ahora hay un gran charco de sangre.

- Elia. Despierta, ya es de día.

- ¿Dónde está Gio, mamá?

- Con tu padre, dormido. Ya irás a jugar con él. Ven vamos a desayunar.

Al terminar de desayunar vas con el enorme árbol, la sangre que viste en tu sueño, está ahí. Caes atónita a los brazos del césped e intentas irte pero…

- Espera, no te vayas. Necesito ayuda.

El cielo cálido se rompe, el cielo frío surge, corres a tu casa.

En la mañana, cuando los colores cálidos y fríos del cielo se funden entre sí, decides ir a ver al árbol.

- ¿Qué pasa? ¿Qué sucede?

- Muero.

- ¿Qué puedo hacer para evitarlo? No te puedes rendir, debemos de hacer algo.

- Será una tarea difícil, ¿estás segura de querer ayudarme?

- Sí.

- Necesito que vengas de nuevo al anochecer, ahí te contare todo.

La luz del sol termina por iluminar todo el lugar. Estas intrigada y preocupada, no puede comer como acostumbras ya que el enorme árbol no puede salir de tu cabeza. Al fin anochece, vas a toda velocidad a lo oscuro del bosque y solo ves sangre. A los pies del árbol notas como esa sangre se vuelve más espesa y de un rojo más intenso, comienzas a sentir dolor.

- ¿Dónde podrá estar? Debemos volver a buscarla.

Gio ladra a tus padres y se aleja de la casa. Corre hasta lo mas oscuro del bosque.

- Hay que seguirlo.

Tus padres siguen a Gio, con lagrimas en los ojos y un nudo sofocante en la garganta.

- ¡No! Eliana, no puede estar muerta.

Tu madre cae al suelo, sollozando, con mares en los ojos. En las raíces del enorme árbol hay sangre, roja como las rosas, las pulseras de Eliana y restos de su ropa.

En el reflejo de los ojos de Gio podemos ver la mano de Eliana, clavando sus dedos en el suelo, como queriendo escapar de algo, como si hubiera querido escapar de algo enorme.

Lilith

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