viernes, 18 de diciembre de 2020

El lobo siempre será el malo si Caperucita cuenta la historia

La historia se encarga de hacer una reconstrucción de hechos del pasado por medio de métodos y principios, esto a un nivel académico. Si nos enfocamos en la historia que se nos cuenta en México, en las escuelas, la historia que vemos en las calles, monumentos y plazas, la historia que nos contamos a nosotros mismos se aleja bastante del nivel académico mencionado y esto es por diversas razones.


La historia académica no realiza juicios de valor, no santifica o condena a diferencia de la historia que nos cuentan, la cual parece sacada de una novela donde se enfrentan los buenos (nosotros, el pueblo justo y sabio) contra los malos (ellos, los traidores sin escrúpulos ni amor a la patria) donde hay héroes y villanos, los héroes que buscan un bienestar general, que tienen principios, ideales y valores, que son fuertes y valientes, a ellos les debemos rendir honores sin cuestionar, les debemos hacer mausoleos enormes, estatuas, ponerle sus nombres a las calles y hasta cantarles canciones. Los villanos, en contraste son seres lúgubres, que no buscan más que su bienestar personal, son traidores y no merecen si quiera que se les recuerde o si se les recuerda es para señalarlos como los causantes de todos los males que hay actualmente así hayan muerto hace mas de 100, 200 o 500 años.

En México sufrimos de un sesgo histórico muy grande, se exagera tanto la bondad de las figuras históricas que se convierten en símbolos, estos son utilizados sutilmente por el poder para encausar una visión histórica que le favorezca, fundamentalmente para tener legitimidad, santo grial del poder.

Para ejemplificar esto, les comparto uno de estos sutiles actos realizados desde el poder. Cuando comenzó la presidencia de Miguel Alemán Valdés en el periodo de 1946 a1952 se ordenó colocar en cada oficina de gobierno la imagen de Benito Juarez dando un mensaje simbólico diciendo que la era de los licenciados había comenzado y había llegado el fin de los generales en la presidencia de México. Se utilizó una estrategia parecida cuando en la presidencia de Vicente Fox Quezada se mando sustituir la imagen de Juarez por la de Fransisco Madero tomándolo como símbolo de la alternancia y dando un mensaje sutil que el entonces partido hegemónico era equiparable a una dictadura y por fin había llegado la democracia.

 También debemos cuestionarnos, cuando y porqué conmemoramos ciertas fechas históricas. Por ejemplo, el 16 de septiembre. La verdadera independencia de México fue el 27 de Septiembre de 1821 y el verdadero libertador es Agustin de Iturbide ese es un hecho histórico pero ¿por qué lo celebremos el 16 de septiembre y sobre todo, se toma 1810 como la fecha única? Para dar respuesta tenemos que recordar que México nació siendo un imperio, su gobierno era una monarquía constitucional y su emperador Agustin I. Una vez que abdica al trono se instaura el supremo poder ejecutivo y se disuelve con el inicio de la presidencia de Guadalupe Victoria. Así, los que nos cuentan la historia nos dicen que la conmemoración de la independencia de México en 1810 y no en 1821, por dos sencillas razones, porque se le daría el mérito al “infame” emperador y no al “bondadoso” cura Hidalgo. La segunda razón es porque si se le daba el titulo de libertador a Iturbide el gobierno republicano de Guadalupe Victoria pedería legitimidad. Esas fueron la razones históricas de porque, en la memoria colectiva no se toma en cuenta ni la fecha, ni el año, ni el personaje histórico verdadero de la independencia de México.

Les invito a cuestionar la historia que nos cuentan, a ver las diferentes caras y versiones de los héroes y villanos. El objetivo no es justificar, rectificar o manchar la figura de tal o cual personaje, sino de estudiar el contexto y formar una visión mas centrada sin tanto resentimiento, lo que les invito es a cuestionarse el cómo, cuándo y porqué se tiene la visión de héroe o villano. Tengan siempre en cuenta que la historia la cuentan los vencedores (o los sobrevivientes) y también que el que controla el presente controla el pasado.

La historia puede ser un instrumento para que los poderosos manipulen a las masas o bien puede ser un arma empleada por el individuo para liberarse.


ALRE


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