Como hemos presenciado todos, el feminismo ha tenido una ola bastante mediática e impactante. Esto tiene sentido debido a las tácticas que se han usado en el movimiento y que han ensanchado esos ámbitos donde el poder queda ausente. La intensidad y masificación tanto mediática como ideológica del feminismo ha arrasado, pero también ha sido fragmentada por obvias razones que se ahondarán después. Entonces, ¿para qué una crítica a los feminismos? Por la misma razón que ocasionó su fragmentación: la disparidad de opiniones, el nacimiento de corrientes diferentes y la búsqueda de una sociedad sin opresión a las mujeres.
Tomo de referencia a Michel de Certeau al referirme a la táctica y la ausencia de poder, pero también lo quiero referir para tener esta primera base de conceptos que usaremos para analizar la astucia del movimiento para aprovechar las oportunidades teórico-espacio-temporales. Es este un primer comienzo a la crítica, pues no podemos analizar algo de tal magnitud sin pensar en cómo llegó a lo que es hoy.
Otra parte de la crítica será la fragmentación del movimiento en diferentes corrientes que difieren en detalles que, aún en su condición de cualidades, son lo suficientemente importantes como para crear una corriente nueva. ¿Cuál es el problema aquí? La polarización. Esta desencadena varios problemas más que solo vemos como síntomas de este mal mayor: la poca tolerancia al debate, el etiquetado de las perspectivas y sus seguidores, la visión dicotómica de bueno y malo incluso dentro de un movimiento fragmentado que al final tiene un mismo objetivo y una misma razón.
La última parte es una postulación para solucionar esta polarización. Creo que uso al feminismo como medio para poner a prueba lo que postularé, pues esto podría aplicar en muchísimos ámbitos y zonas de conflicto. Se trata de una imposición ideológica sutil con las herramientas que podemos conocer en mi ensayo de la tiranía de la mayoría y que desarrollaré en el futuro con bastante más detalle, solidez y respaldo. Se impondrá una idea que no creo dañina en lo absoluto. Consiste en hacer popular a la curiosidad, la apertura al diálogo y desempolvar el debate en el que se escucha y no solo se responde. Esta idea busca invalidar la opinión de aquellos que no cumplan con estos principios para evitar la polarización. Esto presenta muchas dificultades a resolver y deliberar, pero estoy seguro de que se puede llegar a algún lado con cierta prudencia y razonamiento imparcial.
Fibonacci
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