jueves, 20 de octubre de 2016

Los lugares para guardar libros

En contexto histórico la construcción del primer edificio dedicado al almacenamiento y conservación de archivos de lectura se debe al rey asirio Asurbanipal, en el siglo VII a.C., quien ordenó edificarla en la ciudad de Nínive, cerca del río Tigris, a unos kilómetros de la actual ciudad de Mosul, en Irak. Construyó la biblioteca en su palacio y envió personas para encontrar tabletas de arcilla con registros de todos los campos del conocimiento de aquella época.

Cuando estas tabletas llegaban a la biblioteca eran copiadas minuciosamente, si la pieza original tenía una pieza faltante o ilegible, el escriba tenía la obligación de hacer la aclaración pertinente en la copia que hiciera.

Se estima que la biblioteca de Asurbanipal tenía cerca de 1,500 tabletas, cada una con ochenta y hasta 200 líneas de texto. La ciudad de Nínive y la biblioteca fueron destruidas en el año 612 a.C. La primer biblioteca pública se estableció en la ciudad-Estado de Atenas (Grecia) en el año 330 a.C.

En el mismo año se construyó la famosa biblioteca de Alejandría, en Egipto, que contenía 700,000 rollos de papiro con lo más selecto de la literatura y las ciencias griegas. Fue incendiada por una turba de cristianos en el año 640 d.C. Otras bibliotecas importantes fueron la biblioteca Ulpia de Roma y la Librería Imperial Bizantina, creada por Constantino el Grande en el siglo IV d.C.


Si nos enfocáramos en los diferentes periodos de la humanidad, en la edad media, las bibliotecas se restringían al público en general y solo tenían acceso los pertenecientes a clero. De hecho, existían documentos prohibidos por considerarse como herejes o impuros, con tópicos como historia, ciencia y sobre todo filosofía. Ahora todo es diferente, las bibliotecas son cada vez más accesibles y modernas, pero el problema es la falta de interés que el grueso de la población tiene hacia estos lugares.

Dichos sitios, son de gran relevancia para la especie humana, pues gracias a ellas es que se ha podido preservar las obras más importantes de la humanidad, muy a pesar de los intentos de tiranos que buscaban que tales conocimiento se restringieran o desaparecieran para siempre por intereses mezquinos y bajos.

Una vez que logremos comprender, la importancia y sobre todo la gran herramienta que representan estos templos del conocimiento valoraremos lo que se puede considerar como lo más común.

Los necios lo pueden juzgar como un lugar aburrido, los sabios como un lugar donde convergen los autores que han dejado huella para la posteridad; que enviaron sus obras como barcos al horizonte para explorar tierras desconocidas.



Para concluir mi intervención, etimológicamente, la palabra biblioteca se compone de la palabra griega biblion que significa libro, y la palabra griega theke que quiere decir armario, en su conjunto nos quiere decir un lugar para guardar libros.

ALRE