viernes, 26 de junio de 2020

Mi Visión En Las Artes Marciales

Cuando inicié en las artes marciales, jamás creí que para poder comprenderlas y
realizarlas tendría que obtener una paz mental.
¿Quién diría que para dar unos
buenos golpes se necesitaría de la espiritualidad? Así lo veía yo, claramente es
más que eso. Las artes marciales y la espiritualidad vienen de la mano, es
necesario tener tranquilo tu ser no-físico, ya que de esta forma podrás entenderte
y conocerte. Aquí también hay un gran desafío; cómo calmar el caos de tu mente,
además llega el momento en donde ya conoces tus defectos y tienes que
resolverlos. Curiosamente, en algún lugar leí que, en el antigüo Oriente, cuando
los guerreros tenían que ir a pelear las guerras de sus gobernantes, regresaban
con traumas y un daño muy grave hacía su mente. Esto lo resolvieron integrando
practicas para calmar y organizar el desorden de los guerreros.
En las artes marciales más antiguas, se practica firmemente la meditación. En
alguna ocasión mi padre me dijo que cuando era adolescente practicante de
Taekwondo, su maestro, antes y después de hacer la sesión del día los ponían
quince minutos en silencio, respirando y poniendo atención a ella. En algunas
otras la espiritualidad de éstas no es tan presente pero aún así existe. De manera
personal les puedo compartir algunas diferencias que he visto en mí: como en
anteriores trabajos he mencionado, soy una persona bastante exigente conmigo
misma, este defecto destacó desde mis primeras peleas con otras chicas de “mi
rango”, ya que al ser yo la perdedora o sentirme de esa manera mi paciencia se
esfumaba rápidamente haciendo que ahora el ataque sea hacía mi misma, en mi
última participación en una competencia no gané, como siempre, pero al menos
no me enojé conmigo. Ese día noté otro defecto mío, el cual estoy trabajando para
solucionarlo. 

Lilith

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