El miedo por lo posible

La libertad, la incertidumbre, la posibilidad. Este es la escuadra a la que nos enfrentamos al analizar la realidad humana. ¿Podemos si quiera estar seguros de algo? Parece ser que lo que mas atormenta a las mentes es no estar seguras de algo y es que esto es lo que causa ver a un abismo como lo es el de la realidad misma. Es mejor cerrar los ojos y no ver nada porque no queremos hacerlo que buscar por todos lados, mirar desesperadamente, para al final ver lo mismo. ¡Qué nos pasó que buscamos solo con los ojos y no con el alma! Busquemos entonces en aquello que está dentro de nosotros para hundirnos en un abismo que por lo menos sea cálido y no nos congelemos en la frialdad de un miedo por lo determinadamente indeterminado.

Es mejor saber de la muerte misma y enfrentarla con la mirada que no saber en qué se esconde y llegar a nuestro ocaso sin haber entendido si algo sucedió. Todo se desmorona al encontrarnos con lo posible, lo que pudiera ser, lo pudiera hacer. Es eso lo que conforma nuestra libertad, y la responsabilidad que nos deja, lo que nos aplasta el pecho en su victoria. Intentamos inhalar algo de aire solo para darnos cuenta de que siempre fue igual de denso que la viscosidad de la dulce miel. ¡Ahoguémonos, pues en miel de la dulce posibilidad! Tan densa que nos atraganta y tan dulce que nos entorpece. ¡Cuántos hombres han muerto por solo la idea de la libertad y cuántos otros dedicaron su vida a este inútil propósito! Incluso con la inmunda levedad de la reflexión sobre lo posible, qué hermoso será morir habiendo mirado al abismo con el miedo rasgando la frente y sin posibilidad alguna de ganar.

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