La panteología

 En la filosofía se intenta estudiar y abarcar la totalidad de las cosas y sus principios. Es por esto por lo que esta madre ciencia va a estar presente en todo ámbito en el que podamos indagar. Se estudiará el comportamiento humano, la naturaleza, la existencia, lo trascendente. En todo indagar filosófico se nos presentará una realidad que parecerá caótica pero que al reflexionar podremos, poco a poco, organizar y entender. Nuestra intelección trabajará para que podamos aprehender las cosas y entenderlas.

Al estudiar el todo en su unidad, sus interrelaciones y sus notas fundamentales se nos presenta un problema: la existencia de Dios y su forma. Si debemos tomar todo lo que existe entonces tendremos que analizar al fundamento y su relación con la realidad sensible. No pretendo analizar esto sino, más bien, analizar el hecho de analizar la realidad en su totalidad. Entre todo este enrollo debemos preguntarnos dónde y cómo se está presente Dios. Si está afuera de nuestra realidad y no lo incluimos en nuestra filosofía, ¿en realidad estamos filosofando? ¿Cómo entonces lo incluiríamos si está más allá de nuestra realidad? Por esto mismo parece ser necesario que el estudio de Dios no se deje fuera de la realidad y, por esta razón, fuera de la filosofía.

Si Dios no está afuera, entonces está dentro de la realidad. Con esto habría que definir en dónde está, de qué manera y su relación y efectos en la realidad. ¿Cuál es la función de Dios en lo presente y sensible? ¿Tiene leyes que no se pueden desobedecer? Si las tiene, ¿él podría desobedecerlas? Toda esta reflexión nos lleva a un camino bastante interesante: Dios como el fundamento de la realidad y mediador de la existencia de las cosas y sus cambios. Esto es el panteísmo.

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