viernes, 3 de diciembre de 2021

La revolución por México: Parte 1

El 20 de noviembre de cada año se conmemora la fecha simbólica en la que Francisco Ignacio Madero convocó al pueblo de México por medio del plan de San Luis a levantarse en armas en contra del gobierno de Porfirio Díaz. la causa fundamental del gran movimiento social que transformó la organización del país en casi todos sus variados aspectos, fue la existencia de enormes haciendas en manos de unas cuantas personas con mentalidad conservadora o reaccionaria.


Al serio problema de la distribución de la tierra, se sumaba la situación de miseria de los campesinos, que estaban prácticamente sometidos al poder de los grandes terratenientes, ya que les regulaba el salario y, a través de las llamadas “tiendas de raya”, les proporcionaba el alimento y el vestido al precio que deseaba. No solo eso, se permitía a los sectores empresariales la explotación de los obreros, con bajos salarios, largas jornadas de trabajo, nulas prestaciones, trabajo dominical y nocturno; además de la inseguridad e insalubridad de los talleres.

El documento comienza con lo siguiente:

“Los pueblos, en su esfuerzo constante porque triunfen los ideales de la libertad y justicia, se ven precisados en determinados momentos históricos a realizar los mayores sacrificios. Nuestra querida patria ha llegado a uno de esos momentos: una tiranía que los mexicanos no estábamos acostumbrados a sufrir, desde que conquistamos nuestra independencia, nos oprime de tal manera, que ha llegado a hacerse intolerable”

En el punto 7 se menciona la citada fecha:

“7° El día 20 del mes de noviembre, desde las seis de la tarde en adelante, todos los ciudadanos de la República tomarán las armas para arrojar del poder a las autoridades que actualmente gobiernan. Los pueblos que estén retirados de las vías de comunicación, lo harán desde la víspera.”

Finaliza la redacción del documento con uno de los lemas que le dieron sentido a la primera etapa de revolución:

“Conciudadanos:- No vaciléis pues un momento: tomad las armas, arrojad del poder a los usurpadores, recobrad vuestros derechos de hombre libres y recordad que nuestros antepasados nos legaron una herencia de gloria que no podemos mancillar. Sed como ellos fueron: invencibles en la guerra, magnánimos en la victoria.- SUFRAGIO EFECTIVO, NO REELECCIÓN”

Ese día se realizaron 13 levantamientos: el primer levantamiento fue en el municipio de Gómez Palacio, Durango siendo esta la cuna de la revolución, el domingo 20 de noviembre de 1910 un grupo de rebeldes comandados por Jesús Agustín Castro asaltaron el banco de la ciudad y liberaron a los presos de la cárcel municipal invitándolos a formar parte de su causa.

Posterior a diversos levantamientos y a la toma de Ciudad Juárez en el estado de Chihuahua el día 21 de mayo de 1911 se firmó en esa ciudad un documento conocido como los tratados de Ciudad Juárez , el cual establecía la resolución del General Porfirio Díaz de renunciar a la Presidencia de la República, al igual que el Vicepresidente Ramón Corral. Además, se determinó que a partir de la firma del documento, cesaran en todo el país las hostilidades entre las fuerzas federales y las revolucionarias, debiendo éstas ser licenciadas a medida que en cada Estado se tuvieran las condiciones necesarias para garantizar la paz.

El día 25 de mayo, Porfirio Díaz se presentó en la Cámara de Diputados para entregar su renuncia ante el pleno. Comienza el documento con lo siguiente:

“El Pueblo mexicano, ese pueblo que tan generosamente me ha colmado de honores, que me proclamó su caudillo durante la guerra de Intervención, que me secundó patrióticamente en todas las obras emprendidas para impulsar la industria y el comercio de la República, ese pueblo, señores diputados, se ha insurreccionado en bandas milenarias armadas, manifestando que mi presencia en el ejercicio del Supremo Poder Ejecutivo, es causa de su insurrección.

…En tal concepto, respetando, como siempre he respetado la voluntad del pueblo, y de conformidad con el artículo 82 de la Constitución Federal vengo ante la Suprema Representación de la Nación a dimitir sin reserva el encargo de Presidente Constitucional de la República, con que me honró el pueblo nacional; y lo hago con tanta más razón, cuanto que para retenerlo sería necesario seguir derramando sangre mexicana, abatiendo el crédito de la Nación, derrochando sus riquezas, segando sus fuentes y exponiendo su política a conflictos internacionales.”

En medio de distintos conflictos se comenzó a preparar la próxima elección. Madero formó el Partido Constitucional Progresista, basado en el Antirreeleccionista y el Plan de San Luis, el cual presentaba como fórmula a Madero en la presidencia y José María Pino Suárez para la vicepresidencia.

Las elecciones se realizaron en el mes de octubre, resultando ganadores Francisco I. Madero a la presidencia (con el 99 % de los votos) y José María Pino Suárez a la vicepresidencia, dando inicio su mandato el 6 de noviembre.

Durante este periodo de transición, el 27 de noviembre de 1911 se modificó la Constitución Mexicana en sus artículos 78 y 109, prohibiendo así las reelecciones del presidente y vicepresidente, aunque este último podía postularse en el período inmediato. Además, en diciembre de 1911 se formuló la ley electoral, misma que fue reformada en mayo de 1912. La instauración de dicha ley tenía como finalidad ampliar la libertad electoral, limitar la intervención estatal en las elecciones y expandir el universo de electores, buscando una mayor igualdad electoral. Durante el mandato de Madero se transformó casi en su totalidad la pirámide del poder: llegaron nuevos gobernadores, muy diferentes a los que habían participado en el gobierno de Díaz, además de que viejos jefes políticos se vieron desplazados por un nuevo aparato gubernativo dominado por las clases medias, aunque obreros y campesinos siguieron relegados de los procesos políticos.

Madero fue víctima de la asonada militar conocida “Decena Trágica”, ocurrida a partir del 9 de febrero de 1913. En un principio, Victoriano Huerta, en su condición de general maderista, combatió ese levantamiento de oficiales del viejo régimen porfirista, aunque luego se pasó a sus filas, con la mirada puesta en ocupar la presidencia, lo que ocurrió después del asesinato de Francisco I Madero.

Venustiano Carranza y Abraham González, como gobernadores maderistas, se pronunciaron en contra del usurpador Huerta. Se formó el Ejército Constitucionalista, con Francisco Villa en el norte, Álvaro Obregón en el noroeste, Pablo González en el centro, y Emiliano Zapata en el sur.

La toma de Zacatecas fue la ultima batalla antes de que Victoriano Huerta dejara la presidencia de la República. El general Luis Medina Barrón (Huertista) encargado de las defensas de la ciudad, colocó la artillería del ejército federal en la cima de dos de los cerros más altos: el de la Bufa y el del Grillo.

Conforme a lo planeado, los villistas atacaron las posiciones federales en los cerros de la Bufa, del Grillo, la Sierpe, Loreto y de La Tierra Negra, mientras cuarenta cañones apoyaban el despliegue de la infantería que ascendía por los cerros que rodeaban la ciudad.

Alrededor de las 05:40 de la tarde las tropas federales comenzaron a abandonar sus posiciones y huir de forma desorganizada. Las tropas de Villa mataron a una gran cantidad de soldados que trataban de huir, contabilizándose cinco mil muertos en el bando federal, por tres mil en el bando revolucionario. Por otro lado, Obregón bajó por Sinaloa y Jalisco, ocupando Guadalajara, desde donde se dirigió al centro del país.

El 14 de julio de 1914 Huerta huyó de la capital y al día siguiente, 15 de julio, presentó ante el Congreso su renuncia. Se trasladó a La Habana, Cuba, y de ahí a Estados Unidos, donde fue detenido y enviado a la prisión de El Paso, Texas, donde murió en 1916.

Tras la renuncia de Huerta la capital fue rápidamente ocupada por el Ejército Constitucionalista ese mismo 15 de julio. Venustiano Carranza llegó a la ciudad acompañado de Álvaro Obregón el 20 de agosto y tomó el mando político y militar.

Desde inicios de 1915 era claro que la lucha por el poder continuaría, ahora entre carrancistas, villistas y zapatistas. Los últimos dos grupos contaban para entonces con la ventaja de tener un ejército más numeroso y habían ocupado la capital, aunque conforme avanzó ese año la balanza se fue inclinando hacia el bando carrancista gracias a las victorias de Álvaro Obregón frente al ejército de Francisco Villa y a que, a pesar del pacto realizado en Xochimilco, nunca hubo una verdadera colaboración entre Villa y Zapata debido a que este último tenía por objetivo mantener aislada su región, por lo que se mantenía a la defensiva.

A pesar de que Carranza se había levantado contra el gobierno huertista con la promesa de restaurar la Constitución de 1857, optó por redactar una nueva constitución que cumpliera con las promesas hechas a campesinos y obreros durante el conflicto armado, esto con la finalidad de evitar que los principales actores quedaran insatisfechos y de nuevo se creara una inestabilidad social y política.

En diciembre de 1916, Carranza, virtual triunfador del conflicto, convocó a un Congreso constituyente formado exclusivamente por seguidores carrancistas y reunidos en la ciudad de Querétaro. Aunque villistas y zapatistas fueron excluidos de esta cita, sus demandas sociales fueron adoptadas (a su manera) por los diputados constituyentes, con el fin de socavar el apoyo popular que aún tenían aquellos. Dicho congreso sesionó hasta el 31 de enero de 1917, tiempo durante el cual Carranza y sus íntimos —de tendencias moderadas— mantuvieron debates con grupos del mismo constitucionalismo de ideas más progresistas —entre los que destacan Pastor Rouaix y Francisco J. Múgica, entre otros—. Entre las diferentes corrientes finalmente se llegó al acuerdo de promulgar la Constitución de 1917 el 5 de febrero, permaneciendo desde entonces vigente en el país.

Dentro de los artículos promulgados en la «Constitución» sobresalen:

• Artículo 3.º: La educación que imparta el Estado debe ser laica, gratuita y obligatoria.

• Artículo 27.º: El suelo y subsuelo pertenecen a la Nación, no pudiendo ninguna corporación religiosa ser propietaria.

• Artículo 123.º: Regula las relaciones obrero-patronales en el país, concediéndole autoridad al Estado el derecho de intervenir en conflictos de este tipo.

• Artículo 130.º: Regula la relación Iglesia-Estado, haciendo la separación y estipulando que los miembros religiosos no pueden poseer bien alguno o participar en la política interna.

Un día después, el 6 de febrero, Carranza expidió la convocatoria para realizar elecciones en los tres órdenes de gobierno,153 las cuales se llevaron a cabo en el mes de marzo. Carranza resultó elegido presidente con el 98 % de la votación para el período 1917-1920155 y tomó posesión el 1 de mayo de ese mismo año.

Estas primeras etapas de la revolución mexicana se caracterizaron por los cambios en la estructura de poder del estado culminando con la constitución política vigente en la actualidad. Esta carta magna incluyó los “derechos del hombre”, se abordaron los “derechos sociales”, se decreta la no reelección, se ratifica la soberanía y la organización federal, se instauran la libertad de culto y de expresión y la enseñanza laica y gratuita.

Si bien se puede argumentar que la promulgación de la constitución fue para legitimar el gobierno de Carranza no quita el progreso y evolución constitucional que esto implicó para el país, agregando que no se ha podio alcanzar en la actualidad las ambiciosas metas que los constituyentes plasmaron en 1917.

ALRE

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Este blog AJEF da la bienvenida a cualquier tipo de pregunta, crítica o debate sobre sus publicaciones. Recuerda mantener un lenguaje profesional.