¿De dónde saco la fuerza para mantenerme en pie? Parece que sigo y sigo, pero los malabares que hago no duran más que en mi mente. Volteo atrás y veo que mil sombras me persiguen, ¿cómo le hare para que no me alcancen? Quiero correr y mis piernas no reaccionan. Me siento abrumado por esas voces que me gritan exigiéndome ser productivo.
Esta vida parece exigirme frutos dignos de los reyes cuando apenas tengo dos ramas y mis raíces están no muy profundas. Presionan tanto y solo deforman a mis compañeros. ¿Por qué tengo que ser constante si solo quiero quedarme tranquilo? ¿Cómo hallar tranquilidad en un mundo intranquilo? Me encuentro tumbado en mi mente sabiendo que me tengo que levantar.
Quiero poder hacer lo que quiero, complacer a los demás con la imagen que tienen de mí, pero solo me presiono a algo que no lograré; no parece muy diferente del que filosofa. Espero mi redención para poder levantarme como fénix en mi nueva figura antigua. Quiero volar alto y sacudir las tierras con mis alas, pero ahorita no puedo. El mundo va demasiado rápido y yo tengo las piernas rotas.
Esa montaña enorme que me espera quiero subirla hasta la punta, pero ahorita solo necesito agarrar el ritmo de nuevo. Necesito calentar para dar el maratón de la vida. ¡Qué curioso es que algunos la llamen carrera! Fue mucho tiempo con las piernas dormidas y con la mente penitente. Me llevó a corriente y ahora es tiempo de recuperar esos pensamientos pendientes.
Fibonacci
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Este blog AJEF da la bienvenida a cualquier tipo de pregunta, crítica o debate sobre sus publicaciones. Recuerda mantener un lenguaje profesional.